¿Por qué se celebra el 10 de septiembre el día del niño en Honduras?

Tegucigalpa, Honduras (10.09.2022).- Hoy 10 de septiembre se celebra el día del niño en Honduras, una celebración que se deriva de la declaración de Ginebra, la cual fue aprobada en 1924 por la sociedad de naciones con el fin de reconocer los derechos de todos los menores a nivel mundial y por lo que se decretó el 20 de noviembre el Día Internacional del Niño.

 

No obstante, en 1954 la Asamblea general de las Naciones Unidas (ONU), mediante resolución 836 (IX) del 14 de diciembre, recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño, pero sugirió que cada gobierno escogiera la fecha en que lo celebraría.

 

Bajo ese contexto el 31 de mayo de 1990, Honduras ratificó la convención sobre los derechos del niño mediante el decreto número 75-90 como instrumento que reúne los principios esenciales para garantizar a la niñez el acceso a su bienestar general y fijo el 10 de septiembre como el Día del Niño.

 

Uno de los grandes retos es poder reducir el trabajo infantil, combatir y erradicar por completo el maltrato y la mendicidad, ya que cada vez son más los menores que son utilizados para pedir en las calles, según la Unicef.

 

Papel de los sectores

 

Todos los miembros de nuestra sociedad, padres y madres, personal docente y sanitario, dirigentes gubernamentales, líderes religiosos, personalidades de la política, el mundo empresarial, la sociedad civil y los medios de comunicación, desempeñan un papel clave en promover el bienestar de la infancia.

 

Para reforzar la lucha, en 1996, se aprobó el Código de la Niñez y la Adolescencia en el país con el objetivo generar la protección integral de los niños en los términos que consagra la Constitución y la Convención sobre los Derechos del Niño.

 

Ante el contexto internacional y nacional el Comité Nacional Cadena de Cacao Honduras a través del programa (PROCACAHO), con el apoyo técnico y financiero de la COSUDE, trabaja para generar oportunidades de conocimiento entre las familias productoras de cacao, para lograr la convivencia familiar y la resolución pacífica de conflicto.

 

Esto con el objetivo de propiciar un ambiente justo, ameno, donde nuestras niñas y niños puedan crecer creyendo que son un verdadero futuro para el país y un verdadero relevo generacional en el sector cacao de Honduras.

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