Tegucigalpa, Honduras (24.01.2025). – Con un emotivo mensaje en sus redes sociales, el destacado periodista de Canal 8, Félix Molina, anunció este viernes el fallecimiento de su madre, conocida con cariño como «Chalía», quien dejó este mundo a los 105 años.
Con un legado de fortaleza, amor y espiritualidad, Chalía vivió una vida marcada por su resistencia ante las adversidades y su profundo vínculo con su familia y su comunidad.
«Chalía» nació el 20 de enero de 1920 en el departamento de Lempira, Honduras, y fue testigo de dos guerras mundiales, sobrevivió al cólera y la desigualdad, y a pesar de todos los obstáculos, vivió hasta el 2024, enfrentando incluso la pandemia de COVID-19.
«Fue testigo de dos guerras mundiales, sobrevivió al cólera y a la desigualdad, procreó con su esposo 14 hijas e hijos, el último nacido en 1966, y pasó encima de la Covid19 en 2024», escribió Félix Molina en su mensaje.
El homenaje de su hijo continuó destacando la cercanía con su madre, quien rodeada de su «macolla copaneca», entregó su alegría a «los seres luminosos».
«Hoy viernes, rodeada de su macolla copaneca, en su amado departamento de Lempira donde nació, entregó su alegría universal a los seres luminosos que ya días venían a invitarla a viajar para reencontrarse con otras personas siderales que ella ama».
En sus últimos días, Chalía estuvo acompañada por su familia, especialmente en Washington, donde cinco de sus hijos residían.
«Conmigo nos despedimos en enero de 2024 en Washington, donde tiene poblado un barrio con 5 de sus hijas e hijos. Yo vine ese año desde otras latitudes para estar con ella seis meses, juntos, con cafecito matutitno, e interminables historias. Me heredó 100 lempiras y 20 relatos personales de su infancia y juventud que grabé en mis dispositivos», precisó el comunicador.
Un legado de sabiduría y espiritualidad
El legado de Chalía también se refleja en los relatos de su infancia y juventud, que su hijo grabó y guardó como tesoros de su memoria.
Félix compartió una de las enseñanzas más profundas que recibió de su madre: «Cuando escuchen las campanas piensen en esta mujer de espiritualidad mariana profunda que cura con sus manos, con hojas y tallos, con su rosario y su oración poderosísima; si se encuentran con flores, ella es una. Mi Madre Chalía es poesía y nos ordena ser felices hasta el final de los tiempos».
En su mensaje, Félix también hizo referencia al célebre poeta Pablo Neruda, diciendo que, «Neruda puede confesar con ella que para nacer se ha vivido, que el grano de maíz para crecer y frutecer ha de morir. Y seguir resucitando, volviendo a nacer, resurgiendo, hasta la eternidad».
Un vínculo eterno
El amor inquebrantable entre madre e hijo trascendió las fronteras, como lo relata Félix en su emotivo mensaje.
«Como todos los años de mi exilio, ella siempre cruzó la linea fronteriza para llegar a saludarme en cualquier proximidad de Centroamérica y yo crucé hielo y estepas para abrazarla en su cumple. Este viernes nos habíamos citado en territorio de Guatemala….», contó.
Félix concluyó su mensaje con una promesa de seguir adelante en su lucha por la justicia, afirmando: «Seguiremos bordeando, Madre, hasta el día de la justicia!»
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