Tegucigalpa, Honduras (10.06.2025). – El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, participó en la inauguración de las nuevas y modernas instalaciones de la Policía Nacional, lo que viene a fortalecer la institucionalidad de la institución en esta región del país.
Destacó que el lunes 9 de junio se celebró el Día del Policía hondureño y dijo estar contento en haber participado en la ceremonia de ascensos dentro de la institución policial.
Redondo reiteró que en la aprobación de la Ley de Justicia Tributaria, debería existir una voluntad política de todos los partidos representados en el Congreso Nacional. “Estamos apenas a cuatro votos de lograr los votos necesarios para lograr más de 65 votos y poder aprobarla, vamos a seguir haciendo los cabildeos y yo espero que en los próximos días podamos dar esta buena noticia al pueblo hondureño”, apuntó.
Añadió que esa ley consiste en que así como la población paga impuestos, que paguen impuestos todos para que Honduras salga del subdesarrollo al que la han estado sometida 10 grupos económicos que no pagan impuestos y ya es hora de que paguen.
Por otro lado, indicó que la tolerancia tiene un límite y hay diputados que ni siquiera van al Congreso y se les paga y entonces que al menos cumplan con lo que dice la Constitución que en el artículo 197 y en la Ley Orgánica del Congreso Nacional, se establece que se debe de asistir a las sesiones y si no asisten cesan inmediatamente en sus funciones y son inhabilitados por un período de 10 años en cualquier función pública.
“Entonces hay que preguntarles a los diputados, ¿a quién le van a hacer caso?, a Nasralla, a Tomás Zambrano, a Maribel Espinoza a Jorge Cálix o a la Constitución de la República, que el pueblo decida y analice a quién le hacen caso”, increpó.
Recalcó que no es obligatorio legalmente ratificar el acta para publicar los decretos en el diario oficial La Gaceta y algo importante es que ya se publicaron las reformas a la Ley de Tarjetas de Crédito con la que se está haciendo justicia financiara o ya no se está cargando a los tarjetahabientes con intereses sobre intereses y al noble pueblo hondureña que había estado siendo sometido en manos de un segmento que aprovechaba las necesidades del pueblo.
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