Tegucigalpa, Honduras (18.04.2025). – Con profunda devoción y recogimiento, miles de hondureños se tomaron las calles este Viernes Santo para participar en los viacrucis organizados por diversas parroquias del país, una tradición que mantiene viva la fe y la memoria del sacrificio de Jesús.
En cada rincón de Honduras, desde comunidades rurales hasta las grandes ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula, el pueblo creyente salió al encuentro del viacrucis viviente, una de las manifestaciones más sentidas de la Semana Santa.
La representación de las 14 estaciones que narran el camino de Jesús hacia el Calvario se vivió con intensidad y emoción.
Actores locales, vestidos con túnicas y coronas de espinas, dieron vida a escenas bíblicas que hicieron reflexionar a los presentes sobre el dolor, la entrega y la esperanza.
Las dramatizaciones, acompañadas por procesiones solemnes, recorrieron calles adornadas con alfombras de aserrín y altares improvisados.
Imágenes sagradas como Jesús Nazareno, la Virgen Dolorosa y el Santo Sepulcro fueron llevadas en hombros entre cantos, oraciones y lágrimas de fe.
Las 14 estaciones conmemoradas incluyen momentos clave como:
- Jesús es condenado a muerte
- Jesús carga con la cruz
- Jesús cae por primera vez
- Jesús encuentra a su madre
- Simón de Cirene lo ayuda
- Verónica limpia su rostro
- Jesús cae nuevamente
- Consuela a las mujeres de Jerusalén
- Cae por tercera vez
- Es despojado de sus vestiduras
- Es clavado en la cruz
- Muere crucificado
- Es bajado de la cruz
- Y finalmente, es sepultado
Esta costumbre, que se remonta a siglos pasados, continúa siendo una oportunidad para la reflexión y el reencuentro espiritual.
En medio de un mundo agitado, el viacrucis recuerda a los hondureños el valor de la fe, el sacrificio y la esperanza en la resurrección.
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