C8Noticias (24.07.2023).- Rodeado de verdes paisajes que se desprenden de la montaña de Celaque, se encuentra el municipio de La Campa, donde en sus calles se respira la tranquilidad envuelta por la hermandad lenca que subsiste de actividades como la alfarería, agricultura y ganadería, nacionales y extranjeros pueden refugiarse en la naturaleza, combinada con la arquitectura colonial de este pintoresco rincón catracho.
Cabe mencionar que, el departamento de Lempira se encuentra conmemorando el Mes de la Herencia y la Identidad Hondureño, de mano con el Instituto Hondureño del Turismo (IHT) y otras instituciones que contribuyen al desarrollo del sector, explotando al máximo la riqueza en flora y fauna con la que cuenta nuestro país.
Este pueblo mágico, está ubicado a unos 20 kilómetros de Gracias, nació en 1921, luego de formar parte por varios siglos de una comunidad minera llamada Tecauxinasy.
Según historiadores, La Campa perteneció al municipio de Gracias en la época colonial, y se ubicó entre el corredor de la “calle real” que conectaba con las ciudades occidentales de Honduras hasta Guatemala y El Salvador.
No cabe duda de que, entre sus atractivos están caminar por sus calles que parecen haberse detenido en el tiempo y al juntarse con el silencio de las montañas, permiten a su visitante conectarse con su interior y meditar en las oportunidades que el universo nos confiere.
Asimismo, su antiguo palacio municipal que tiene más de 100 años de historia, el cual es utilizado en la actualidad como casa cultural, al igual que, su parroquia, el Santuario de San Matías, una de las estructuras más antiguas del lugar, data del siglo XVll. En ella, se celebra una de las ferias y peregrinaciones más grandes de Centroamérica.
Aventura
La Campa se caracteriza por ofrecer al visitante experiencias en senderismo, camping y el canopy, ya que, cuenta con uno de los más extremos de Centroamérica.
Para los amantes de la adrenalina, son aproximadamente 3.6 kilómetros divididos por seis cables que forman parte del Canopy Extremo de La Campa. Durante el transcurso de los cables, los atrevidos podrán observar el pueblo como tal a lo lejos, además, de toda la vegetación que aún rodea las montañas.
Los precios para esta aventura constan para los hondureños 600 lempiras y para extranjeros, 800 lempiras.
Tradición alfarera
La loza producida en La Campa desde la época prehispánica ha abastecido una extensa región que comprende actualmente unos 400 kilómetros cuadrados.
Las alfareras de La Campa son artistas primorosas, conocen todos los secretos de su arte y lo saben dominar y se les consideran las mejores de Honduras.
La cultura hondureña, dentro de su jurisdicción geográfica existe un yacimiento de arcilla que constituye la principal fuente de materia prima para la actividad alfarera de sus habitantes, actividad eminentemente femenina, fundamentalmente es una arraigada tradición cultural que está inserta en el ser y actuar de los habitantes de La Campa.
Tal es el caso de doña Desidera Pérez de 67 años de edad, una humilde artesana lenca que con el arte del barro ha sacado a flote su economía y sacar adelante a 10 hijos.
«Hoy tengo 58 años de trabajar con el barro, yo aprendí de 12 años con mi mamá, yo la miraba a ella y me nació hacer este trabajo, mi papá me los llevaba a Santa Rosa a venderlos, de allá me traían una peineta, yo ahí me fue gustando para poder hacer más, trabajar más y eso pues yo siempre le puse amor a ese trabajo», comentó.
«Luego me casé, tuve 10 días, yo no estudié, solo hice el primer grado de escuela, preparé a todos mis hijos, cada que vendía una pieza, yo les daba para que compraran sus materiales en el colegio o el apartamento donde ellos estaban», añadió.
«Elaborando un producto me lleva tres días, lo dejo que endure luego lo raspó con cucharas, después lo alojo con un elote de maíz, después con una piedra de río y por último le echo la pintura, cuatro pasadas de pintura para que quede bien, si ya brilla, entonces se pule, yo ocupo un día para pulir, dejo que se seque, al mes los saco al sol por cuatro días y seis horas de fuego en el horno», explicó.
Visita La Campa y demás municipios del departamento de Lempira, para fortalecer nuestra identidad, reconocer nuestras raíces y convertirnos en mejores hondureños.
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