Sosa explicó que, más allá de cumplir con los requisitos formales exigidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), la viabilidad de un partido político depende del arraigo social, la capacidad de movilización y una propuesta que represente efectivamente a un sector de la población.
“No basta con el trámite legal. La verdadera prueba es lograr colocarse como una opción real de poder, con una organización sólida y respaldo ciudadano”, afirmó.
El director del INE fue enfático al referirse a figuras como Salvador Nasralla y Romeo Vásquez Velásquez, a quienes señaló como ejemplos de liderazgos personalistas que no han logrado sostener estructuras partidarias duraderas.
En el caso de Nasralla, recordó que ha encabezado partidos que “han quedado fundados y luego desaparecido”, y sostuvo que el Partido Salvador de Honduras (PSH) atraviesa una de sus primeras grandes derrotas al no lograr inscribirse para participar en las próximas elecciones generales.
Sobre Romeo Vásquez, Sosa opinó que su interés en la política parece responder más a la búsqueda de vigencia y posibles beneficios como inmunidad, que a una verdadera voluntad de participación política sostenida. Recordó también que el exmilitar “sigue siendo prófugo de la justicia”.
Además, criticó que muchos de estos movimientos pasan más tiempo atacando al gobierno o sirviendo a intereses particulares que construyendo una propuesta partidaria sólida.
“No es fácil organizar un partido con los estándares que exige la ley electoral. El PSH, aunque ha tenido presencia en el Congreso, no ha demostrado capacidad de organización partidaria real”, agregó.
Finalmente, Sosa abordó el tema de una posible alianza opositora, calificándola como un anhelo ampliamente compartido, pero señaló que el desarrollo del proceso electoral ha tomado otro rumbo.
A su juicio, las elecciones generales estarán dominadas por las dos fuerzas tradicionales y el partido Libre, a quienes consideró los contendientes más significativos.
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