Redacción telesur (10.03.2025). – El Secretario Ejecutivo de la recién creada Administración Nacional del Servicio Civil (Ansec) de Honduras, Russel Garay, ofreció este lunes a la multiplataforma informativa teleSUR las claves para comprender el proceso electoral del domingo en el país centroamericano.
De acuerdo con este experto, el golpe de Estado de 2009 contra el entonces presidente Manuel Zelaya es el punto de partida para comprender el proceso democrático en el país. Desde ese momento, las sucesivas elecciones estuvieron plagadas por la imagen de supuestos fraudes electorales, pues no había los controles para evitarlos.
“En la elección de 2021, que fue la elección general más votada de la historia, se pusieron en marcha los primeros controles para asegurarse de que no tuviéramos este tipo de denuncias, y fueron los controles biométricos”, destacó Garay.
En ese sentido, explicó que por primera vez se emplearon con controles biométricos en estas elecciones primarias de 2025, para la elección de las autoridades de los partidos políticos.
Por ello, se puso “un control biométrico en todas las juntas receptoras de votos”, y en el 86 por ciento de ellas todo transcurrió bien; sin embargo, ocurrió un error en las rutas de distribución y los proveedores de distribución de las maletas electorales en las ciudades de San Pedro Sula y el Distrito Central, donde a las 21H00 (hora local), muchos electores aún no habían recibido el material electoral para votar.
“Esto generó una enorme confusión. Inicialmente, ni siquiera las autoridades del Consejo Nacional sabían qué estaba pasando. No se sabía que había sido un error imputable a las Fuerzas Armadas del país, al Centro Nacional Electoral, a los partidos políticos. si había una conspiración o intento de desestabilización de la democracia”, precisó Garay.
En ese sentido, destacó que no había certeza de lo que estaba ocurriendo hasta que el Ministerio Público intervino en las instituciones y se encontraron los errores que generaron el caos, de tipo logístico principalmente, que nunca se habían presentado en la historia del país.
De igual manera, Garay destacó que la presidenta Xiomara Castro se mantuvo en todo momento con una postura mesurada, llamando al diálogo y a la tranquilidad ciudadana.
«Se hicieron los controles para que pudiera terminar de votar hasta el último elector en las filas, y eso de alguna manera, nos da tranquilidad de que los resultados son fiables», sostuvo el experto, quien afirmó que se realizan las investigaciones pertinentes para hallar a los responsables que pretendieron atentar contra la democracia.
En ese sentido, Garay indicó que la novedad de estos comicios consiste en que a pesar ser los de peor logística en la historia del país, arrojan por primera vez resultados transparentes a nivel interno y primario de las elecciones de partidos políticos.
Garay explicó que con estas elecciones y con el control biométrico, partidos como el Partido Liberal y el Partido Nacional se desinflan en cuanto a la cantidad de votos.
El valor de los observadores internacionales
De igual manera, destacó que la historia reciente de Honduras aún tiene heridas que no se han cerrado, y «nuestra vida democrática era bastante raquítica». Recordó que el expresidente Juan Orlando Hernández fue pedido por Estados Unidos para su extradición por sus vínculos con el narcotráfico.
«Después del golpe de Estado la institucionalidad se había perdido y las instituciones públicas no tenían ningún tipo de credibilidad, por lo que el acompañamiento internacional era bastante clave para que más de una voz nacional se pronunciara con respecto a este nuevo sistema que le brindara tranquilidad a los hondureños», afirmó.
Garay advirtió que cualquier esfuerzo que el Gobierno hondureño haga para modernizar los procesos electorales, siempre serán atacados por la derecha, por ello es necesario el acompañamiento internacional.
En ese sentido, precisó que tras lo ocurrido, los observadores internacionales aún no han podido presentar los informes a la población, pero reiteró la importancia del acompañamiento, pues el nivel de desconfianza aún es elevado, a pesar de que la presidenta Xiomara Castro tiene una aceptación de más del 50 por ciento de la población.
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