Tegucigalpa, Honduras (12.06.2023).- En la década de 1970, la actividad de los comunistas hondureños fue muy intensa, con gran energía y dinamismo se dedicaron a fortalecer el movimiento social especialmente los sindicatos y alzaron sobre sus hombros la bandera de la revolución antimperialista, agraria, democrática y popular.
En la Costa Norte, un hombre de rostro curtido, oriundo de la ciudad bananera de EI Progreso, aficionado al fútbol y dedicado maestro de la enseñanza se convirtió en el lider indiscutible del Partido Comunista, su nombre de pila era Herminio Deras, pero todos los que le conocieron le llamaban Diego, ese era su seudónimo de combate.
Entregó su vida a la causa de los obreros, no hay sindicato de la Costa Norte de esa época que no haya recibido el apoyo y la influencia de Diego Paz.
No hubo huelga de trabajadores o contrato colectivo negociado en ese periodo en el que
no estuviera involucrado.
«Los obreros del Stibys, Sitraterco, Sitepsa, Sitiamash, Sitramedhys, Stenee entre otros tienen una gran deuda con este hombre y sus demás camaradas, como profesor, su pasión era la educación de los trabajadores, creo innumerables escuelas sindicales y la escuela básica del Partido Comunista por la que muchos nos adentramos en el conocimiento de la teoría del marxismo y el leninismo», indica un documento de ediciones Juan pablo Wainwright que data de enero-febrero de 1983.
El estudio destaca que, junto a Matias Funes y Fidel Martínez, el maestro Deras era miembro del Consejo de redacción de
la Revista Trabajo que dirigió Longino Becerra durante esa década de 1970.
«Con gran energía organizaba grupos de activistas del PCH para distribuir la propaganda, ya sea volantes o los periódicos Vanguardia Revolucionaria, Patria y Voz Obrera, entre otros», destaca el escrito.
Panfletos redactados por Deras
Mensaje Obrero, El Machaquero, Alto Voltaje, Acero y el Chilio son algunos de los panfletos que de las manos de Deras salían a las manos de los centenares de trabajadores que con ansia esperaban la voz de los comunistas.
En algunas ocasiones incautaron algunos ejemplares de El Chilio y los comunistas dirigidos por Diego sacaron «El Otro», «cuando le preguntamos por ese nombre riéndose respondía es el otro chilio», aseguró el autor del documento.
Asesinato del mártir del comunismo
El 29 de enero de 1983, agentes de la nefasta Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), a quienes Diego identificó como sus verdugos y a gritos les dijo «ladrones, asesinos», le acribillaron en la ciudad de San Pedro Sula, rememora el extracto.
Casi cuarenta años después de su asesinato una Corte Internacional sentencia al Estado de Honduras por este crimen y obliga a indemnizar a sus familiares, que guardan en sus memorias los recuerdos de su querido hermano, esposo y padre.
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