Tegucigalpa, Honduras (25.06.2024). – El artista hondureño, Gustavo Armijo, realizó una exhibición en la comuna de El Quisco, Chile, donde se celebró el centenario de la emblemática obra «20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada» del poeta Pablo Neruda.
Este evento tuvo lugar en Isla Negra, el sector donde el célebre poeta pasó sus últimos días el poeta chileno.
La conmemoración contó con la participación destacada del Premio Nacional de las Artes de Honduras, Gustavo Armijo, quien presentó una muestra artística alusiva al poemario de Neruda.
Esta exhibición, patrocinada por la Embajada de Honduras en Chile y el Congreso Nacional de Honduras, se inauguró en El Quisco el 15 de junio, fecha que marca los 100 años de la publicación original.
Además de la presentación en El Quisco, Armijo llevó su obra a las dependencias de la Cancillería chilena los días 17 y 18 de junio, con el respaldo de la Dirección de Cultura, Artes y Patrimonios y Diplomacia Pública (DIRAC).
Estos eventos fueron organizados en colaboración con la embajadora de Honduras, Linda Redondo, y el embajador Rodrigo Hume, director de la dependencia chilena, junto al subdirector de la división, Roberto Abu Aid.
Este intercambio cultural se enmarca en los 158 años de relaciones diplomáticas entre Honduras y Chile.
La muestra itinerante continuó su recorrido del 19 al 21 de junio en la Casa de la Cultura Víctor Jara, en la Ilustre Municipalidad de La Cisterna.
Talleres de Gustavo Armijo
Durante su estancia, Armijo ofreció talleres de arte a agrupaciones culturales y colegios de la zona, cerrando la exposición con una inauguración presidida por el alcalde Joel Olmos.
El evento inaugural contó con la presencia del alcalde de El Quisco, José Jofré, autoridades locales, familiares directos de Neruda, como su sobrino Rodolfo Reyes, y artistas de Isla Negra.
Asimismo, se sumaron al tributo la Cofradía Les Enfants Terribles de Valparaíso, que ofreció una muestra de poesía y teatro, simbolizando el hermanamiento cultural entre ambas naciones.
Esta celebración no solo rindió homenaje al legado de Neruda, sino que también fortaleció los lazos artísticos y culturales entre Honduras y Chile, destacando la universalidad del arte y la poesía.
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