Tegucigalpa, Honduras (01.10.2024).- En un análisis sobre la Cuarta Transformación en México, Diego Aguilar, director de Políticas Públicas de la Secretaría de Planificación Estratégica, destacó en el Foro Libertad y Poder la singularidad del proceso histórico mexicano en comparación con el de Honduras.
Durante su intervención, Aguilar subrayó cómo las bases de la soberanía y la transformación social en México se han visto marcadas por un pasado de colonización violenta bajo el virreinato de la corona española.
Aguilar explicó que el proceso de independencia en México, a diferencia de otros países de la región, implicó no solo la ruptura con un poder colonial, sino también la erradicación de culturas y tradiciones preexistentes.
Este contexto ha llevado a un desarrollo histórico que incluye diversas transformaciones significativas: “La primera transformación tiene que ver con las independencias y la creación de la soberanía”, afirmó.
La evolución del país continuó con la separación de la iglesia y el estado en la segunda transformación, un proceso que en México comenzó antes de 1830.
Aguilar también se refirió a la Revolución Mexicana y el nuevo constitucionalismo que surgió de ella, que sigue vigente y forma la base del marco legal actual en el país.
La Cuarta Transformación, según Aguilar, representa un cambio crucial que busca establecer nuevos criterios éticos y morales, además de generar un nuevo conocimiento que es esencial para las transformaciones progresistas y de izquierda.
“AMLO ha dado una bonita cátedra de que las transformaciones sí tienen que ver con el cuadro de ideas de las personas”, resaltó, contrastando su enfoque con el de expresidentes anteriores como Peña Nieto y Calderón.
Aguilar enfatizó la importancia de cambiar el paradigma de pensamiento que guía las políticas y programas en México, destacando que el legado de AMLO puede servir como inspiración para otros países latinoamericanos en su búsqueda de justicia social y derechos humanos.
«La creación de políticas que garantizan los derechos de las personas es un desafío que requiere de una transformación integral en el pensamiento y la ética de quienes ejercen el poder», finalizó Aguilar.
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