Tegucigalpa, Honduras (17.04.2025).- En un gesto de continuidad con una tradición que ha marcado su pontificado, el papa Francisco realizó este Jueves Santo una breve visita a la cárcel de Regina Coeli, en el centro de Roma, a pesar de continuar convaleciente por los problemas respiratorios que lo mantuvieron hospitalizado durante 38 días.
El pontífice, de 88 años, llegó poco antes de las 15:00 (hora local) en un vehículo y permaneció en el centro penitenciario aproximadamente 20 minutos.
A su llegada fue recibido con aplausos por el personal de la penitenciaría y la directora del recinto, Claudia Clementi. Francisco se desplazó en silla de ruedas y, a diferencia de otras apariciones recientes, no utilizó las cánulas nasales que ha requerido para oxígeno.
Durante su corta estancia, el papa se reunió con un grupo de unos 70 reclusos, manteniendo el simbolismo de la Última Cena, aunque sin realizar el tradicional rito del lavado de pies debido a su estado de salud.
La visita no fue anunciada previamente por la Santa Sede, ya que dependía de la evolución física del pontífice, quien fue dado de alta el pasado 23 de marzo tras superar una neumonía bilateral.
Fiel a su compromiso
A pesar de no haber presidido la misa Crismal en la mañana, Francisco insistió en mantener esta salida simbólica, fiel a su compromiso con los sectores más vulnerables.
Desde su elección en 2013, el papa ha dedicado las tardes de Jueves Santo a visitar cárceles, centros de migrantes y hospitales, exceptuando los años de pandemia.
Esta es la segunda vez que acude a Regina Coeli, tras una primera visita en 2018.
Aunque no participará de todos los actos litúrgicos de esta Semana Santa, Francisco ha delegado las celebraciones en varios cardenales.
El Vía Crucis del Viernes Santo, por ejemplo, será presidido por el cardenal Baldassare Reina. Sin embargo, los textos y meditaciones de esa ceremonia han sido redactados por el propio pontífice.
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