Tegucigalpa, Honduras (18.06.2022).- La Presidenta Xiomara Castro, durante su discurso en la 110 reunión de la Cumbre sobre el mundo del trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destacó la derogación de la Ley de Empleo por Hora, una de las más degradantes para la clase obrera en el país.
Asimismo, la derogación de la “ley de secretos”, con lo que fomentaron la corrupción y la “Ley de las Zede” con la que estaban vendiendo a las trasnacionales el territorio hondureño.
A continuación el discurso completo:
10.06.2022
Presidenta Constitucional de la República de Honduras
Iris Xiomara Castro Sarmientos
“Cumbre sobre el mundo del trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la 110 reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo”
Excelentísimos representantes ante la cumbre de la organización internacional del trabajo, OIT; Desde Honduras, un saludo fraterno, solidario y comprometido con la clase trabajadora.
La emergencia sanitaria, COVID-19, mostró que el sistema capitalista desconoce el derecho de los pueblos a la salud, y las necesidades del mercado son su único interés.
El sistema hegemónico no ha sido respuesta en la pandemia, más bien ha profundizado las históricas desigualdades estructurales y la pobreza en nuestras naciones.
La aplicación de monopolios y oligopolios financieros, que con sus créditos excluyen millones de personas del derecho al trabajo, y el poco acceso a la producción y al consumo de bienes y servicios, se traduce en aumento de caravanas de emigrantes hacia las metrópolis de Europa y los Estados Unidos.
En este contexto, la guerra de Ucrania nos enfrenta como especie humana a tres nuevas grandes crisis: alimentaria, energética y financiera. Que golpean con mayor fuerza a los países más pobres.
Por ejemplo, en la lucha contra la COVID-19, los países postergados invirtieron un 4% de su Producto Interno Bruto, los países en desarrollo un 8% mientras, que en los países desarrollados 16.3%. Una diferencia abismal, de hasta 477 veces en valores absolutos.
Las estimaciones del rendimiento agrícola que se proyectan para nuestros países son de hasta un 50% por debajo de lo normal, porque la guerra que ha interrumpido y encarecido los alimentos y los fertilizantes.
Los precios del petróleo y el gas natural han superado casi en 50% sus niveles desde el inicio del año.
Los países en desarrollo importadores de alimentos pagan dos puntos porcentuales más que los países exportadores.
Hoy por hoy, se deben revisar los tratados de libre comercio, aclaró «libre» entre comillas, porque a quienes más afecta es a los trabajadores de los países más rezagados, los cuales se caracterizan por su dependencia del sector
agrícola tradicional.
Nuestros pequeños productores no pueden competir frente a las grandes corporaciones, subsidiados por el sistema capitalista y sus economías de escala.
En este sistema de exclusión, las mujeres, las niñas y niños, nos llevamos la
peor parte entre las poblaciones.
El sector informal y el trabajo infantil aumentaron producto de la crisis.
Este orden de cosas solo se puede cambiar con transformaciones radicales, y el rescate de las instituciones públicas absorbidas por las privatizaciones.
El mercado no vela por el objetivo común, donde debe prevalecer el bienestar social.
Para alcanzar la justicia y la paz el trabajo debe ser digno y justo.
El gobierno que estoy iniciando está comprometido con la libertad sindical, la contratación colectiva y el aumento de los trabajadores afiliados a la seguridad social.
La ley de consulta previa a los pueblos indígenas y originarios en sus derechos ancestrales, respecto a sus tierras y territorios que habitan.
Apoyaremos los derechos del trabajo doméstico y combatiremos la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, usando el diálogo como el mejor instrumento de la democracia y la civilización.
Ya derogamos la ley más degradante para los derechos de los trabajadores LA LEY DE EMPLEO POR HORA, así también derogamos la «ley de secretos» con lo que fomentaron la corrupción y la ley de las Zede con la que
estaban vendiendo a las trasnacionales nuestro territorio.
La seguridad y la salud en el trabajo, y el aprendizaje, así como la economía social y solidaria también cuentan con nuestro apoyo.
Para concluir quiero exponer que en HONDURAS estamos desmontando una dictadura que se impuso desde el año 2009.
Resistimos 12 años de crimen, persecución y escuadrones de la muerte que asesinaron a la ambientalista Berta Cáceres, y a decenas de periodistas.
Deseo terminar este mensaje con palabras del poeta hondureño Alfonso Guillén Zelaya:
“Dentro de la justicia no pueden existir aristocracias del trabajo. Dentro de la acción laboriosa todos estamos nivelados por esa fuerza reguladora de la vida que reparte dones e impulsa actividades. Solamente la organización
inicua del mundo estanca y provoca el fracaso transitorio del esfuerzo humano”.
Muchas gracias
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