Día Internacional de la Juventud: el futuro les pertenece y se construye hoy

Tegucigalpa, Honduras (12.08.2023).- Las juventudes representan un símbolo de rebeldía y entrega por las causas sociales justas, la cuales en Honduras están enmarcadas en el Plan de Refundación Nacional de la Presidenta Xiomara Castro.

Este grupo de la sociedad es considerado como una organización que trabaja incansablemente por el bienestar de las minorías.

Hoy 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud se conmemora la fuerza, la creatividad y el potencial ilimitado de los jóvenes.

Es un día para reconocer su papel crucial en la construcción de un mundo mejor.

Acciones comprendidas

El Gobierno de la primera mujer Presidenta de Honduras, Xiomara Castro Sarmiento, ha emprendido acciones junto con sus entidades para acercar a los jóvenes a una amplia ventana de oportunidades que comprenden los campos de educación, tecnología y desarrollo.

Se han conformado a nivel nacional, comisiones municipales de juventud para llevar espacios de debate a estos grupos para que tengan voz y voto en grandes decisiones, de igual forma, participación activa en la construcción de un mejor futuro.

Asimismo, el Instituto Nacional de la Juventud (Injuve) como la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) impulsan programa de becas, acercándolas por medio de ferias educativas y programas gubernamentales en las zonas aisladas de nuestro país y en las urbanizaciones.

Además, se han desarrollado talleres para transmitir a las nuevas generaciones el empoderamiento y liderazgo para que se conviertan de forma individual en líderes de cambio.

En estas oportunidades de intervenciones los jóvenes protagonistas se unen para potenciar sus habilidades y construir un futuro más inclusivo y participativo para todas y todos.

Contexto

La estructura poblacional de Honduras refleja un país en transición conformado ya en su mayoría por población joven. Según el INE, el 43.5 % de nuestros 9.391.377 habitantes (2021) es menor de 20 años.

Una condición que supone un inmenso potencial y un grave peligro. En esta transición demográfica el grupo poblacional juvenil creció en más de un 20 % desde 2003, sumándose ya a los grupos de edad que conforman la Población Económicamente Activa (PEA).

La población en edades productivas (los jóvenes) se ha ido convirtiendo en el subgrupo más importante del total dado que ha ido y va incrementando su presencia progresivamente: de 4.2 millones en el año 2005 se elevará a 7 millones en 2025, llegando a 9.2 millones cuando alcance un cenit en el 2050 (UNFPA, 2008).

Por hoy, la juventud constituye un grupo poblacional especialmente desfavorecido, enfrentado a muchos riegos en una sociedad inequitativa.

Sufre en mayor medida la vulneración de sus derechos, falta de acceso a servicios básicos de salud y educación, discriminación, desempleo y escasos niveles de participación en la vida cívica.

El joven es también el sector que más sufre las consecuencias de la violencia y los efectos de la corrupción del régimen, que se instauró en el país desde el Golpe de Estado del año 2009.

Y que hoy se rehúsa, quien sabe por qué, a entregarle su primera tarjeta de identidad.

Frente a la problemática de inseguridad y delincuencia, el Estado de Honduras ha priorizado un enfoque basado en la judicialización y penalización, que implica la persecución penal y estigmatización criminal de la juventud, en vez de priorizar la construcción de un sistema integral de garantías que ubique a la juventud en el corazón del proceso de desarrollo.

El desempleo juvenil afecta sobre todo a los más calificados (el 18.8 % entre los que tienen educación superior y apenas el 4 % entre quienes sólo cuentan con enseñanza primaria).

Sin embargo, el problema real es el subempleo y el empleo precario (tres de cada cuatro puestos de trabajo ocupado por jóvenes son informales).

 

 

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