Tegucigalpa, Honduras.- Desde el año 2019, cada 1 de junio se celebra el Día Mundial de los Arrecifes con el objetivo de concientizar a las personas acerca de los serios riesgos que afrontan estos ecosistemas marinos, debido a factores como el calentamiento de los océanos, la pesca excesiva y la contaminación.
Así como también promover el compromiso por parte de organizaciones y empresas con acciones concretas en la conservación y protección de los arrecifes.
De acuerdo a estimaciones de la División de Ecosistemas Marinos, adscrita al Programa de la ONU para el Medio Ambiente,
el planeta podría perder los arrecifes de coral vivos en el mundo para el año 2050.
Es un dato alarmante, que requiere tomar medidas urgentes por parte de todos los países del planeta para luchar por su preservación y futuro.
Los arrecifes de coral son formaciones de organismos marinos invertebrados que están especialmente ubicados en aguas
tropicales, cálidas y poco profundas debido a que requieren de energía solar.
Por esa razón, los arrecifes se ubican a una profundidad máxima de 50 metros bajo el mar.
También se los conoce como bosques tropicales del mar, ya que albergan una gran variedad de flora y fauna marina, como peces, langostas, cangrejos, pulpos, estrellas de mar y otros animales invertebrados.
Los bancos coralinos son importantes porque las personas de todo el mundo dependen de los ecosistemas de los arrecifes de
coral, porque estos proveen alimentos, protección costera e ingresos del turismo y la pesca.
Islas de Bahía en el caribe hondureño, junto a México, Belice y Guatemala, forman la segunda barrera de coral más grande del mundo, conocida también como el Sistema Arrecifal Mesoamericano, con una extensión de mil kilómetros.
La Gran Barrera de Coral, se encuentra en Australia.
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