Tegucigalpa, Honduras (19.03.2025). – El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, lidera una importante reforma encaminada a la producción de la soya, biocombustible y etanol.
Redondo se reunió con representantes de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y la Secretaría de Energía (SEN), además con un representante de la empresa de energía Be8, donde se trataron temas de la reforma de la Ley de Mezclas y la aprobación del dictamen sobre la Ley de Comercialización de Hidrocarburos.
Uno de los puntos más importantes que destacan en dicha reforma es:
Impulso a los Biocombustibles en Honduras: Seguridad Alimentaria, Desarrollo Económico y Sostenibilidad
La implementación de una reforma a la ley que promueva la obligatoriedad en las mezclas de biocombustibles es una decisión estratégica para Honduras, no solo desde el punto de vista energético, sino también como un pilar fundamental para la seguridad alimentaria, el desarrollo agroindustrial y la protección del medio ambiente.
La inversión inicial de una planta en Honduras es de 306.4 millones de dólares, lo que representa 800 empleos directos durante la construcción y 200 empleos permanentes.
La producción de soya en el país permitirá 200 mil empleos a razón de una persona que trabaja por hectárea.
La compra de la cosecha de soya se garantiza en un 100 por ciento a nuestros agricultores.
Actualmente, una empresa está lista para instalar de inmediato una planta de producción, lo que acelerará la transición del país hacia una estrategia de soberanía alimentaria y una matriz energética más sostenible que garantizará un mercado estable para los productores nacionales.
La soya juega un papel clave en esta transformación. Es un cultivo esencial tanto para la producción de biocombustibles como para la alimentación humana y animal, impactando directamente la producción de carne, leche y huevos. Honduras depende en gran medida de la importación de soya, lo que genera vulnerabilidad en la cadena alimentaria.
Aumentar la producción nacional de este grano reducirá la dependencia externa, estabilizará los costos y fortalecerá la seguridad alimentaria del país. Además, estudios realizados en zonas productivas han demostrado que la productividad de la soya en Honduras, lo que refuerza el potencial de este cultivo para impulsar la competitividad del sector agrícola.
Además, la producción local de biocombustibles y soya tendrá un impacto positivo en la balanza comercial de Honduras. Actualmente, el país destina millones de dólares a la importación de diésel y soya, generando un déficit comercial significativo. Con esta reforma de ley, Honduras podrá sustituir parte de estas importaciones con producción nacional, reduciendo la salida de divisas, fortaleciendo la economía interna y creando oportunidades para la exportación de excedentes en el futuro.
Para los productores nacionales, esta reforma de ley representa una oportunidad sin precedentes, ya que garantiza un mercado fijo para su producción, generando estabilidad económica y promoviendo la inversión en el sector agrícola. También beneficia a empresas que ya operan en Honduras y que cuentan con el equipo necesario para su implementación inmediata, lo que permitirá una transición rápida sin costos elevados de adaptación.
El impacto ambiental de esta ley es otro de sus grandes beneficios. La adopción de biocombustibles reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, disminuye la dependencia de combustibles fósiles y contribuye a mitigar el cambio climático.
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