Desde hace varios días, trabajadores municipales han estado realizando labores de limpieza y chapeo en los diferentes camposantos de la capital, donde cada año se congregan numerosos dolientes que rinden homenaje a sus seres queridos.
Con machetes, piochas, palas y escobas en mano, el personal de aseo ha recorrido el Cementerio General, así como los cementerios de Sipile, El Durazno, Divino Paraíso y Los Ángeles.
Estos últimos dos aún cuentan con lotes que son asignados por la alcaldía a personas en situación de vulnerabilidad.
En los cementerios privados, también se ha observado la actividad de familias que, con antelación al Día de Difuntos, han decidido adornar las tumbas de sus seres queridos.
Muchos han acudido a limpiar, pintar cruces o colocar lápidas, demostrando así su cariño y respeto.
El Día de Difuntos es una fecha significativa para los hondureños, quienes celebran la memoria de sus difuntos colocando flores y coronas en los sepulcros.
Algunas familias incluso llevan mariachis a los cementerios o comparten momentos en familia, entre nostalgia y gratos recuerdos.
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