Tegucigalpa, Honduras (16.07.2022).- Un estudio realizado por Nature Metabolism indica que la exposición a la luz solar estimula la ingesta de alimentos y el aumento de peso en los hombres.
Lo anterior, debido a una hormona que segrega la piel, pero no pasa igual en las mujeres porque su acción se ve
bloqueada por la progesterona.
En cambio, en el caso de los hombres estos aumentan el consumo de alimentos durante el verano, cuando la
radiación solar es máxima, según datos analizados de unas 3.000 personas en Israel durante tres años.
Durante el experimento los científicos pidieron a hombres y mujeres que salieran al sol con camisetas sin
mangas y pantalones cortos.
Los investigadores sostenían la hipótesis de que el efecto de los rayos solares es relativo a la cantidad de piel expuesta.
Descubrieron que la exposición al sol provoca la liberación de la hormona ghrelina en la sangre de los hombres
y no así en las mujeres.
La hormona ghrelina es conocida como la «hormona del hambre», porque hace aumentar el apetito, entre otras cosas.
La investigación fue liderada por la Universidad de Tel Aviv y recuerda que la necesidad de consumir alimentos está
controlada principalmente por la comunicación entre los tejidos periféricos y el cerebro.
La exposición solar induce el comportamiento de búsqueda de alimentos e ingesta de los mismos en los hombres,
una conclusión que fue respaldada por estudios que hicieron también en ratones machos.
Las hormonas que se liberan desde órganos como el intestino, el tejido adiposo y el hígado llegan a regiones
cerebrales específicas, como el hipotálamo, que dicta la necesidad de comer o parar, según la cantidad de energía
disponible en el cuerpo.
Tanto en los ratones como en los hombres, el aumento del apetito se correlaciona con niveles elevados de grelina
circulante, la llamada hormona del hambre, que segregan las células grasas de la piel.
Durante diez semanas, los roedores fueron expuestos a diario a los rayos ultravioleta (UV), lo que estimuló la
liberación de grelina, que al llegar al hipotálamo aumentó el apetito en los ratones macho, promoviendo así la ingesta
de alimentos y el incremento de peso.
Sin embargo, este efecto se redujo en los ratones hembra porque la hormona sexual estrógeno interfirió en la liberación de
grelina de las células grasas de la piel.
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