Redacción internacional, teleSUR (14.12.2023).- El comisionado de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa), Philippe Lazzarini, afirmó este jueves que “no hay ningún lugar donde sentirse seguro en Gaza”, durante su intervención en el Foro Global sobre Refugiados realizado Ginebra, a donde llegó directamente desde el territorio palestino.
“Al pueblo de Gaza se le está acabando el tiempo y las opciones, mientras se enfrenta a bombardeos, privaciones y enfermedades en un espacio cada vez más reducido”, afirmó el alto funcionario.
Asimismo, denunció que la infraestructura civil y las instalaciones de la ONU no se han librado del bombardeo.
“Ayer me horrorizaron las imágenes de una escuela de la Unrwa explotada en el norte de Gaza”, denunció el Lazzarini. Asimismo, indicó que 135 trabajadores de Unrwa han sido asesinados.
Por otro lado, aseguró que dichos refugiados necesitan “una solución justa, no sólo ayuda”. En tanto, destacó que este pueblo lleva 75 años de desplazamiento en los que “se les han privado de sus derechos humanos básicos y su derecho a la libre determinación”.
En ese sentido, afirmó que se sienten traicionados porque el mundo no actúa ante una de las peores catástrofes humanitarias de nuestro tiempo.
“Ahora creen que las vidas humanas no son iguales y los derechos humanos no son universales. Este es un mensaje peligroso y tendrá graves repercusiones”, manifestó el alto funcionario.
En otro momento, el responsable desmintió las acusaciones de Israel de que miembros de Hamás están robando o desviando la ayuda humanitaria y dijo que él fue testigo directo de cómo los gazatíes «han empezado a intentar ayudarse a si mismos, paran los camiones, toman los alimentos y se los comen de inmediato, lo que muestra hasta que punto están hambrientos y desesperados».
«Esto no tiene nada que ver con desvío de ayuda, no vi ningún arma. Solo tiene que ver con la desesperanza total de la gente en Gaza», aseguró.
A pesar de las dificultades con las que vivían los palestinos en ese territorio, «nunca antes habían conocido el hambre; ahora he encontrado personas que llevaban tres días sin comer», lamentó Lazzarini.
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